Advocación e Iconografía

Advocación

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Ntra. Sra. de la Antigua.
Óleo sobre lienzo. Pablo de Céspedes.
Catedral de Córdoba.

Esta advocación mariana fue creada por el papa San Silvestre en el siglo IV y su nombre viene dado porque María es considerada como la consumación de las profecías del Antiguo Testamento. Si esta explicación parece estar creada a posteriori para «solemnizar» el auténtico origen de la advocación.

El título de «la Antigua» proviene de la necesidad de distinguir a las Imágenes: frente a las únicas fiestas marianas que celebraba la Iglesia: la Asunción y la Expectación del parto, surgieron fiestas regionales y nombres propios. Para distinguir los dos grupos, el instinto popular denominó «Santa María la Antigua» a las imágenes tradicionales que no tenían un nombre concreto, simplemente eran conocidas como «Santa María», «la Virgen María», «Nuestra Señora», etc. mientras que las imágenes nuevas de la Virgen comenzaban a recibir nombres propios.

La primera representación conservada está en la catedral de Sevilla. Probablemente se trate de una advocación castellano-leonesa de la Edad Media. Es patrona de diversos pueblos y ciudades, además de países como Panamá, y su devoción está muy extendida en España y latino américa. Hay representaciones pictóricas de Santa María de La Antigua en la Catedral de Granada y en la Iglesia de San Miguel bajo de esta ciudad.

Iconografía

Si bien la iconografía propia de la Virgen de la Antigua es la de una Virgen Madre con una rosa en su mano y un jilguero en la mano del Niño Dios, la iconografía que representa la Imagen de nuestra Patrona no es esa sino la de una Virgen del Rosario. Esta iconografía también se representa como la de una Virgen Madre que porta, bien en su mano o en la del Divino Infante, un rosario. Así se trata de teatralizar la expresión «A Jesús por María». El Rosario, del latín «rosarium» significa «corona de flores», y con su rezo se considera que estamos haciendo una ofrenda a María a la vez que recitamos y meditamos la vida de Cristo.

El Rosario y la Virgen

La devoción a la Virgen del Rosario se remonta al siglo XIII: según la tradición, en 1218 la Virgen se presentó ante Santo Domingo y le entregó un rosario, que en principio era una guirnalda de rosas y que el santo utilizó para realizar sus predicaciones contra la herejía albigense, divulgándolo en sus exhortaciones y dejando la encomienda a los religiosos de su orden de generalizar su uso.

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La Virgen entrega el Rosario a Santo Domingo,
Santa Catalina de Siena y otros dos santos dominicos.
Óleo sobre lienzo.
Final del siglo XVI e inicios del siglo XVII.
Monasterio de Porta Coeli, MM. Dominicas, Valladolid.
Anónimo.

Con anterioridad los monjes rezaban de forma regular el Salterio Davídico que constaba de 150 salmos, al ser aquellos en muchos casos analfabetos, fue preciso idear un sistema de oración que pudiera ser memorizado de forma sencilla. Se escogió entonces como oración sustitutoria de los salmos al Padrenuestro, más tarde, en el siglo XII estos serían sustituidos por Avemarías (solo en la forma de salutación angélica, siendo la segunda parte de la oración añadida en 1483 y popularizada cuando el Papa Pío V, que fue monje dominico, promulgó el Breviario Romano ya en el siglo XVI). Después de cada oración se aludía a un pasaje evangélico.

En 1521 el dominico Alberto de Castello, escogió 15 pasajes evangélicos, que pasaron a convertirse en los 15 misterios del rosario. Fue también el Papa Pío V quién mediante una bula presentó al rosario tal y como hoy es conocido. Juan Pablo II, añadiría 5 misterios más.

En 1470 en el convento de los dominicos de Douai, se fundó la cofradía del Rosario, de allí saldría el movimiento fundacional de asociaciones de este tipo que pasó a Flandes, Bretaña, Alemania y al resto de Europa.

Las primeras representaciones de la Virgen del Rosario consisten en unos bajorrelieves ingleses de alabastro, en los que mientras el arcángel San Miguel pesa las almas y el demonio intenta con engaños inclinar la balanza a su favor, la Virgen coloca un rosario sobre el extremo del astil, esforzándose en inclinar el peso hacia su amparo.

Será más tarde, concretamente en 1474 y en San Andrés de Colonia, cuando se tenga una representación de la Madona del Rosario, una obra de Antonello de Mesina que muestra el rosario a los pies de la Virgen.

Una variante de la Virgen de Misericordia fue en principio la representación utilizada por los dominicos, si bien estos sustituyeron a los orantes bajo el manto por los santos de su orden a ambos extremos del mismo, estos que tiran de él, le dan una apariencia triangular.

Sustituyendo esta fórmula, los dominicos tomaron como modelo a la Virgen de los siete dolores o de los siete gozos, rodeada por una aureola de tondos. Así se circunscribe la imagen en una sarta que toma forma de mandarla y que en origen se encontraba intercalada por rosas.

El tercer tipo iconográfico, nos muestra a la Virgen coronada, con el Niño en brazos, también con corona o en su defecto con potencias y el santo rosario en sus manos o las de su Hijo. De ordinario muestra un cetro en su mano derecha, si bien existen variaciones como es el caso de la pieza sevillana 0145 (VER), en la que es el Niño el que lleva un singular y enorme cetro. A sus pies la luna, referencia al Apocalipsis: : “Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del Sol, con la Luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”.

Encontramos también imágenes de dolorosas con el nombre de Nuestra de Señora del Rosario, que hacen referencia a los misterios dolorosos de este rezo. Otras piezas muestran a la Virgen sedente, con el Niño en sus brazos, ambos coronados, como la de la Virgen del Rosario de los Húmeros.

Alfredo García Portillo. Octubre 2008.

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Ntra. Sra. del Rosario Coronada, Co-Patrona de Granada. Conocida popularmente como «Rosario de Plata» por su traje, de corte similar al de Ntra. Sra. de la Antigua. La Imagen, del S.XVI, es Patrona de la Armada Española y estuve presente en la Batalla de Lepanto, donde gracias a su intervención las tropas cristianas salieron victoriosas. A raíz de este suceso se instituyó la Fiesta de Ntra. Sra. del Rosario el 7 de octubre.